jueves, 19 de agosto de 2010

Redescubriendo el Parque Forestal

Visitando el parque Forestal en el centro de Santiago, se puede apreciar un ambiente de tranquilidad en medio de la selva de cemento. Sin embargo el año 2009 los vecinos que rodean el Parque, se organizaron y presentaron una denuncia frente a la municipalidad, por los eventos culturales, asociaciones de tribus urbanas, ferias ilegales y la alta delincuencia que se vivía a cada hora en ese lugar. Se pensó incluso en enrejar el parque, pero la municipalidad optó por implementar un plan de seguridad, el cual consiste en rondas de vigilancia de carabineros por el sector durante el día.

Según María Luisa Corbalán, comerciante que trabaja en el parque desde niña, cuando acompañaba a su madre en la misma labor que hoy cumple ella, señala que el parque ha cambiado radicalmente a como se conocía. Menciona que el año pasado la gente que se juntaba para reunirse con más personas, convertía al parque en un lugar donde la droga, el alcohol y la violencia, eran los actores perfectos para el escenario de la delincuencia. Sin embargo este año, menciona María Luisa, ya no ocurre lo mismo debido a la constante vigilancia.

Los carabineros a cargo de la seguridad del sector, mencionaron que actualmente las infracciones que se cometen son realizadas por escolares que acuden al parque a beber, terminando en algunos casos con escándalos públicos. Sin embargo los inspectores de seguridad, a cargo de la vigilancia diaria del parque señalaron que si bien hace no más de tres años el parque era considerado tierra de nadie por lo alta delincuencia del lugar, principalmente ligada al microtráfico, hoy el parque sigue siendo muy peligroso. Aseguran que se presentan dos caras: durante el día se convierte en un lugar, donde por ejemplo los fines de semana familias enteras lo visitan. Sin embargo durante la tarde, a partir de las 9:30 aproximadamente, el parque se convierte en un lugar donde la droga y la delincuencia intimidan a cualquiera. Debido a estos problemas los guardias señalan que les ha tocado apreciar a jóvenes en evidente estado de ebriedad y drogadicción que se encuentran tirados en el pasto, sin ropa y sin saber que hicieron durante la noche.

Los encargados de mantener la limpieza del parque, cuentan que en más de una ocasión cuando les correspondió realizar limpieza en la madrugada, tuvieron que prestar alguna de sus ropas para vestir a mujeres desnudas, que no sabían en donde estaban y que habían hecho. A raíz de que el parque se encuentra a corta distancia del Barrio Bellavista, lugar que ofrece gran variedad de bares, el parque se presta como un lugar para el post-carrete juvenil.

Con el plan de seguridad implementado por la municipalidad se realizó una especie de “Limpieza del parque”, en donde junto con disminuir la delincuencia, se prohibieron los actos culturales que se hacían en el lugar. Ferias de las pulgas, grupos de malabarismo, break dance, circo, títeres, actuaciones, entre otras cosas, ya no son frecuentes en el sector.

Los principales actores de estos problemas son los jóvenes. Justamente unos estudiantes de fotografía que visitan diariamente y hace mucho tiempo el parque, mencionaron que se sienten oprimidos al no poder tener un espacio donde la diversidad se haga presente. Según ellos los parques son democratizadores, y deben dar un espacio para las distintas manifestaciones culturales. “El año pasado era un parque con mucha más libertad, ahora te ven tomando una chela en el pasto y los carabineros la quitan y la botan”, señala uno de los estudiantes.

Vecinos del Parque Forestal, mayoritariamente personas seniles, como Mauricio Reyes, residente del Edificio Plaza Bello, mencionó que la gente que vive junto al parque, reclamaba por los ruidos que comenzaban alrededor de las siete de la madrugada, correspondientes a grupos de jóvenes escuchando reggaeton . Hoy sin embargo las mayores quejas son hacia la inmoralidad que se vive aún en el parque. Reyes señaló que es común ver como jóvenes tienen relaciones sexuales durante el día o la noche, frente a las miradas de los ancianos. Asegura que a pesar de que cada vez que denuncian estos actos a la municipalidad, son enviados carabineros al sector, pero es solo momentáneo, ya que permanecen durante unos días y el descontrol de los jóvenes se queda libre nuevamente.

Violeta Zturiza, locataria del Edificio Forestal, menciona que antes la situación era insostenible. Los jóvenes en estado de ebriedad convertían al parque en una zona donde había de todo, menos tranquilidad, algo que ella y los demás vecinos del sector anhelaban. Hoy por el contrario dice que la constante vigilancia de carabineros en el sector, la hacen sentir más segura al salir de su departamento.

Con distintas caras y con distintas miradas, quizás lo único más lamentable de la “Limpieza del parque”, es que cuando desaparecieron los jóvenes que convertían el lugar en un escenario para el descontrol, también desaparecieron aquellas personas mayoritariamente jóvenes que hacían del parque un lugar de encuentro cultural. Hoy si bien están volviendo de manera lenta los espectáculos para las familias en los fines de semana, la poca concurrencia de gente, en comparación al año pasado en evidente. El parque es visitado por abuelitos paseando a sus perros, estudiantes y personas haciendo deportes, pero las 40 personas que los comerciantes señalan que recibían en sus negocios, hoy se han reducido a 10 o 15.

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